Restos del frente: la curva de la muerte

27 ene

Con más o menos profundidad todos los del barrio sabemos que el frente de la guerra civil estuvo situado junto al Manzanares durante un tiempo. De hecho lo estuvo durante casi toda la guerra, desde el otoño de 1936 hasta el final.

De este más que desgraciado periodo quedan restos en la Casa de Campo, el río y el Parque del Oeste y, sobre todo, lugares que entraron en la historia por estar regados con mucha sangre.

Ese es el caso de la llamada Curva de la Muerte, en la Casa de Campo, que es la confluencia de la carretera del Garabitas y el Paseo del Medianil, el que transcurre paralelo a la M-30.

Curva de la Muerte en la Casa de Campo

El nombre se lo pusieron los del bando de Franco, ya que en este punto estaban ya a tiro de los cañones anticarro y las ametralladoras pesadas republicanas situados en el Puente de los Franceses y sus alrededores.

Los camiones del bando franquista bajaban de noche, sin luces y el motor apagado la cuesta desde el Garabitas intentando no ser detectados. Su misión era abastecer a sus soldados -legionarios y regulares marroquíes, en su mayor parte, más algún carlista navarro- que habían conseguido cruzar el río aguas arriba del Puente de los Franceses.

Del otro lado estaban los hombres del Coronel Romero, militar profesional retirado que volvió para hacer la guerra del lado republicano. Sus tropas del Puente de los Franceses eran, al parecer, guardias de asalto. Éstos estaban acostumbrados al uso de armas, y, en los inicios de la Batalla de Madrid, impidieron que el puente fuese cruzado. En lo más crudo de la batalla, tras varios meses bloqueando su paso a tanques e infantería, hubieron de volarlo.

Orquídeas salvajes en la Casa de Campo

6 may

 

Mucha gente se sorprende al saber que en Europa, y en España, crecen orquídeas salvajes. Asocian estas flores, que constituyen el grupo vegetal más evolucionado, a los trópicos. Sin embargo, en nuestro país viven decenas de especies que cubren todas las regiones.

No pueden rivalizar en tamaño y espectacularidad con las orquídeas tropicales que encontramos en las floristerías pero, de cerca, son igual de fascinantes.

Pie de Orchis mascula en la Casa de Campo

Hasta ahora nunca había visto ninguna en la Casa de Campo. El pasado dos de mayo, al noroeste del Garabitas, encontré un pie de Orchis mascula, orquídea macho. Luego he podido comprobar que la esta especie ya había sido registrada en la Casa de Campo. Vamos, que no es un gran descubrimiento pero siempre es agradable conocer un nuevo valor natural en el entorno del barrio.

 

 

Quien quiera saber más sobre las orquídeas encontrará cientos de páginas en Internet y de libros. Su complejidad y belleza han hecho que sean legión los profesionales y aficionados que las estudian. Sólo comentaré una pequeña curiosidad: su nombre procede del griego orchis, que significa testículo, ya que sus raíces forman dos especies de tubérculos con esta forma.

Los pájaros de San José

17 oct

Me gustan los títulos retóricos, no puedo evitarlo. Para quien no lo haya adivinado esto va de pájaros carpinteros. En España viven siete especies, en la Comunidad de Madrid cinco y en Madrid capital dos: el pico picapinos (Dendrocopos major) y el pito real (Picus viridis), que están muy presentes en nuestro barrio. Esporádicamente pueden verse otras especies, pero es raro.

Empezamos por el último. El pito real es un pájaro del tamaño de una corneja, verde -de ahí su nombre científico- con  llamativo capirote rojo y bigotera del miso color en los machos y negra en las hembras. Es, con diferencia, el carpintero más fácil de ver por su carácter confiado y su costumbre de descender al suelo en busca de hormigas, su alimento favorito. Se le puede ver en casi todos los parques de Madrid. La Bombilla y el Parque del Oeste cuentan con una nutrida población de esta especie.  Sin ir más lejos, sobre el césped detrás del Fernández Moratín se ve con frecuencia, saltando con las patitas juntas y su gran pico buscando comida.

Pito real macho en el Parque de la Bombilla

Al final del verano también pueden verse juveniles de esta especie, acompañados por adultos, a la vera del río. Es el carpintero más adaptado a sotos fluviales, huertos y parques, en los que encuentra árboles de madera blanda en los que hacer su nido, y comida.

Pito real sobre acacia junto al Moratín

Pito real sobre acacia junto al Moratín

Pasemos ahora a la otra especie del barrio, el pico picapinos. Es de tamaño algo  menor que el pito real. Su dorso es negro, con dos bandas blancas a ambos lados, y pintas también blancas. El vientre, la garganta y lados de la cara son blancos. Finalmente, el vientre es rojo o rosáceo y la nuca es roja en los machos y blanca en las hembras.

Sus costumbres también difieren algo del pito real. Así, siempre se le ve sobre troncos o ramas, no en el suelo. Habita bosques de todo tipo y en la Comunidad de Madrid ocupa desde los pinares de la sierra a las choperas junto a los ríos del sur. En nuestro barrio, dónde es más escaso que el pito real, es más fácil verlo en la Casa de Campo que en otros parques. Los grandes pinos alrededor del depósito de agua, al norte de la carretera del Garabitas, son un buen sitio para observarlo.

Aunque tampoco hace falta ir hasta allí. Junto al río, en el cruce de Ribera del Manzanares con Santa Comba, en un “viejo” chopo, hay un nido de Pico Picapinos, el de la foto, tomada el pasado mes de junio. Está en la entrada a su nido, tapado por las hojas.

Pico picapinos junto a su nido en la Ribera del Manzanares

Pico picapinos junto a su nido en la Ribera del Manzanares

 Unas semanas más tarde este individuo, o su hembra, montaba un escándalo para atraer la atención de un gato que estaba al otro lado de la calle. Se puso en un árbol cerca del gato, en una rama baja, y “gritó” a la par que se alejaba de árbol en árbol, cada vez más lejos de su nido. Cuando consideró que el gato estaba lo suficientemente lejos de sus hijos, se marchó. Esta maniobra para distraer a los depredadores es común en muchas especies de aves.

Y hasta aquí el post de los pájaros carpinteros del barrio. Personalmente, la capacidad de estas aves para horadar los troncos y hacer su casa dentro sigue fascinándome como cuando era niño.

En otoño el barrio cambia su color

15 oct

otoño

Acacia de otoño

No es tan evidente pensar que un barrio de una gran ciudad pueda mudar su color con las estaciones del año. De hecho en la mayoría de los barrios de Madrid sería difícil adivinar en qué estación del año estás simplemente dando un paseo por sus calles, ya que no veríamos vegetación que lo atestigüe. En nuestro barrio las estaciones del año son muy evidentes por la cantidad de arboleda que lo puebla.

En esta época los tonos verdes dan paso a los amarillos y ocres, con distintos grados de evolución según la especie vegetal. Este otoño está tardando en venir, parece que el verano y sus temperaturas no nos quieren dejar, y por ello el proceso de cambio de color y caida de la hoja en los árboles caducifolios se retrasa.

De momento los más avanzados son los Castaños de Indias que ya tienen la hoja marrón y “preparada para volar”, después van los fresnos y las acacias, con distintos tonos de verdes y amarillos. Los más retrasados son los álamos, que apenas muestran signos de flaqueza.

Los mejores sitios para visualizar el otoño en el barrio son la ribera del rio y el parque de la bombilla; en la Casa de Campo también pero menos. Se ve  en los caminos y riberas de arroyos con árboles de hoja caduca, por ejemplo en dirección al lago, ya que en la gran masa boscosa predomina el pino piñonero y la encina, que lucen la misma “vestimenta” todo el año.

Para algunos el otoño es preludio de melancolía, para otros es un respiro después de tanto calor del verano, para los más es una vuelta a la rutina después de una temporada de vacaciones, la vuelta al cole para los niños, etc.

En nuestro barrio el otoño aparte de mudar el aspecto  de nuestros árboles, se supone que se tiene que notar en el nivel del agua del río porque en teoría empiezan las primeras lluvias y baja el agua con fuerza de la sierra. Y digo en teoría porque este año está siendo muy atípico y a estas alturas no tenemos ni lluvia ni frío, para que luego digan algunos que eso del cambio climático es sólo un invento de los ecologistas radicales.
Parece que el verano quisiera perpetuarse, como en el poema que comparto a continuación para acabar mi post, de uno de mis poetas favoritos, Angel González:

El Otoño Se Acerca

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

(Angel González)

Estamos de paso

4 sep

Desde la última semana de agosto y hasta mediados de septiembre el barrio y los parques aledaños se llenan de unos pajarillos marrones, del tamaño de un gorrión, pero con pico más fino, cola y parte de las alas negras y blancas. Son papamoscas cerrojillos. Un ave, como se puede imaginar por su nombre, insectívora y que pasa el invierno en África, dónde puede mantenerse alimentada. Aquí, como en el resto de España, estos días está de paso. También cría en Madrid, pero en los robledales y pinares de la sierra, y algún soto fluvial a menos altitud.
En cualquier rincón del barrio con algún árbol o arbusto, en la Casa de Campo o en el parque de la Bombilla se puede ver estos días. Les he hecho alguna foto pero son nefastas. Así que he tomado prestada de wikipedia ésta, hecha por un tal Achim Christoph. En época de cría el macho presenta un plumaje diferente, todo blanco y negro, pero tras la reproducción macho y hembra son indistinguibles.

Papamoscas cerrojillo

Más escaso pero mucho más llamativo es el colirrojo real. También es un ave insectívora que, como los papamoscas, debe abandonar Europa para evitar morir de hambre durante el invierno. La hembra de esta especie es marrón con la cola naranja. El macho, sin embargo, tiene un plumaje muy contrastado, con cola, vientre y pecho naranjas, garganta y cara negras, frente blanca y capa superior gris. Es, realmente, muy bonito.  

Yo lo he visto en el Parque del Oeste al inicio de la primavera hace un par de años y parece que cría en parques madrileños, pero la mayor parte de los que vemos están simplemente haciendo una escala en su largo viaje. Esta mañana de domingo 4 de septiembre, he visto dos ejemplares de esta especie en la Casa de Campo. La foto del colirrojo tampoco es mía. Thomas Kraft ha tenido a bien compartirla con nosotros.  

Colirrojo real macho

 Sobre la migración de las aves se ha investigado y escrito mucho, y aún así seguimos desconociendo muchas cosas. No es un tema que conozca mucho pero sí me gustaría puntualizar un par de cosas:

1. el motivo para migrar es garantizarse el alimento. Las aves no migran para evitar el frío, si no para eludir algunas de sus consecuencias, como son la desaparición de los insectos, o la imposibilidad de acceder a los peces de un lago helado, por ejemplo.

2. La migración, según parece, es un fenómeno reciente, de unos cuantas decenas de miles de años. Para ser correcto debería hablar de los actuales patrones de migración, ya que las aves han modificado su conducta varias veces según los cambios climáticos. Me explico: con la suavización del clima tras las grandes glaciaciones del cuaternario las aves acantonadas en zonas subtropicales y tropicales empezaron a colonizar los nuevos territorios descongelados, pero como el invierno seguía siendo demasiado frío para tener alimento constante, volvían a su zona de origen para invernar. La aparición y ampliación de grandes desiertos, como el Sahara, ha terminado por marcar aún más las zonas de reproducción e invernada, ya que las aves se ven obligadas a desplzarse, en muchos casos, desde el norte de Europa hasta el África tropical para asegurarse el sustento.

 Habría mucho mas que contar, como los recursos para orientarse, las rutas, etc. pero lo dejamos para otro día, que me enrrollo.

 

  

Dedicado a Fran, para que se ría con mis papamoscas y mis colirrojos.