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Cesta ecológica en el barrio. ¿Te apuntas?

15 mar

Hay gente que tiene la capacidad de organizarse en torno a un proyecto y facilitar la vida a los demás. Esa gente es muy necesaria en cualquier comunidad.

Pues bien, en el barrio hay bastante gente de este tipo, y de las que vengo a hablar hoy son de las personas que han montado un grupo de cosumo bajo el nombre de “Mansanares”, jugando con la palabra sano y el nombre del rio que enmarca nuestro barrio.

mansanares

El grupo se autodefine de esta manera: “somos un grupo de vecinos del barrio madrileño de Ribera del Manzanares que nos hemos organizado para cambiar nuestros hábitos de consumo, buscando un consumo de productos locales, de temporada y ecológicos”.

Basicamente se trata de darse de alta, y una vez al mes tener la posibilidad de hacer un pedido de dos tipos de cesta ecológica, bien de 5 kg a un precio fijo de 12 Euros, o de 7 kg al precio de 15 Euros. Los productos son de temporada, y vienen de una finca de cultivo ecológico cerca de Chinchón gestionada por un proyecto de convivencia y aprendizaje para personas con riesgo de exclusión social. Total que al consumir en este grupo de consumo estás participando en una doble labor: social y ecológica. Social porque ayuda a que un grupo de personas en riesgo de exclusión puedan tener un trabajo digno, y ecológica porque los productos se cultivan con criterios ecológicos y tienen una huella de carbono reducida por ser de proximidad. Más información sobre la finca donde se cultivan los productos y la labor de la asociación que lo gestiona puedes entrar en su página en https://asociaciongaraldea.wordpress.com/

Dentro del grupo funciona la autogestión, es decir que al entrar de vez en cuando se espera que participes en alguna actividad de organización, si te interesa, esto no es obligatorio. Son tareas sencillas como enviar un email recordatorio a los participantes o mantener actualizado el blog. Esto cada varios meses por hacerse turnos.

La gran ventaja es que todo se hace a nivel local. La entrega se realiza el primer martes de cada mes en un bar del barrio llamado “Café La Rivière”, en el Paseo de la Florida 47.

Nuevos miembros son bienvenidos al grupo de consumo.  Si te interesa unirte, puedes escribir un correo a grupodeconsumomansanares@gmail.com

Para más información, puedes visitar el blog:  http://grupodeconsumomansanares.blogspot.com.es/

Huerto urbano en el barrio

14 oct

Para el que no lo sepa y pueda interesarle, el Ayuntamiento cedió allá por marzo de 2015, un terreno situado junto a las instalaciones deportivas del parque de la Bombilla para el desarrollo de un huerto comunitario con criterios ecológicos, a petición de un grupo de entusiastas pertenecientes a la Asociación de vecinos Manzanares – Casa de Campo ,  que elaboraron un proyecto dentro del plan de la red de huertos urbanos de Madrid.

El huerto es un punto de encuentro donde los interesados en la horticultura, la naturaleza, la ecología, se reunen para sacar adelante un proyecto ilusionante. Como en la mayoría de las ocasiones, lo bonito no es el destino, sino hacer el camino, es decir disfrutar de unos buenos ratos en un entorno natural, conociendo a otras personas que comparten intereses, y realizando una actividad física que nos hace conectarnos con la naturaleza en una ciudad grande donde normalmente pasamos mucho tiempo en un entorno de prisas, atascos, humo y pantallas digitales.

huerto barrio de manzanares

La conexión con la naturaleza, de una manera consciente o no, nos hace reconfortarnos con algo primitivo que llevamos dentro, como es conseguir la comida con nuestras propias manos. Esto se hace cuando se reparte lo que se recoge en los días de cosecha de forma amistosa entre los presentes (tomates, berenjenas, judías verdes, calabazas, etc). Pero la cosecha no es lo más importante, sino haber ayudado a producirla.

Cada uno acude al huerto por sus motivos, para algunos es terapeútico, para otros es un entretenimiento, para otros es un lugar donde los niños pueden entrar en contacto con la naturaleza, para otros una forma de socializar, para todos es una manera de hacer barrio.

Hay personas en el huerto que tienen una dedicación mayor (aprovecho para agradecerles y reconocer su esfuerzo), haciendo turnos para el riego diario en los meses de primavera y verano; otras personas acuden cuando pueden sacar un rato. Los días fijos de quedar son los viernes por la tarde y los domingos por la mañana.

Si te interesa participar, el único requisito es pertenecer a la Asociación de vecinos, que tiene una cuota anual muy asequible (15 €). Para info de cómo hacerte socio pincha aquí

Para acabar lo hacemos con un poema de Miguel Hernández, que nos viene bien para la ocasión:

“¡Y qué buena es la tierra de mi huerto!”

¡Y qué buena es la tierra de mi huerto!
hace un olor a madre que enamora,
mientras la azada mía el aire dora
y el regazo le deja pechiabierto.

Me sobrecoge una emoción de muerto
que va a caer el hoyo en paz, ahora,
cuando inclino la mano horticultora
y detrás de la mano el cuerpo incierto.

¿Cuándo caeré, cuándo caeré al regazo
íntimo y amoroso, donde halla
tanta delicadeza la azucena?

Debajo de mis pies siento un abrazo,
que espera francamente que me vaya
a él, dejando estos ojos que dan pena.

De: “Poemas sueltos II” – “El Silbo vulnerado” (242-6) – 1934

Si tienes interés en conocer el huerto, pásate por allí los viernes a partir de las 18:00h, o los domingos a partir de las 12:00h, o escribe un email a:

av.manzanares@gmail.com

Más información sobre el proyecto del huerto urbano en la Memoria del proyecto

MINIOLIMPIADA 2013

17 may

Este año, se realizará del 27 de mayo al 2 de junio de 2013 y, como en anteriores ocasiones, las actividades serán deportivas, culturales y artísticas.

Si quereis participar en alguna de ellas, podéis descargaros más información aqui:

MINIOLIMPIADA 2013: DESCARGAR PROGRAMA

Restos del frente: la curva de la muerte

27 ene

Con más o menos profundidad todos los del barrio sabemos que el frente de la guerra civil estuvo situado junto al Manzanares durante un tiempo. De hecho lo estuvo durante casi toda la guerra, desde el otoño de 1936 hasta el final.

De este más que desgraciado periodo quedan restos en la Casa de Campo, el río y el Parque del Oeste y, sobre todo, lugares que entraron en la historia por estar regados con mucha sangre.

Ese es el caso de la llamada Curva de la Muerte, en la Casa de Campo, que es la confluencia de la carretera del Garabitas y el Paseo del Medianil, el que transcurre paralelo a la M-30.

Curva de la Muerte en la Casa de Campo

El nombre se lo pusieron los del bando de Franco, ya que en este punto estaban ya a tiro de los cañones anticarro y las ametralladoras pesadas republicanas situados en el Puente de los Franceses y sus alrededores.

Los camiones del bando franquista bajaban de noche, sin luces y el motor apagado la cuesta desde el Garabitas intentando no ser detectados. Su misión era abastecer a sus soldados -legionarios y regulares marroquíes, en su mayor parte, más algún carlista navarro- que habían conseguido cruzar el río aguas arriba del Puente de los Franceses.

Del otro lado estaban los hombres del Coronel Romero, militar profesional retirado que volvió para hacer la guerra del lado republicano. Sus tropas del Puente de los Franceses eran, al parecer, guardias de asalto. Éstos estaban acostumbrados al uso de armas, y, en los inicios de la Batalla de Madrid, impidieron que el puente fuese cruzado. En lo más crudo de la batalla, tras varios meses bloqueando su paso a tanques e infantería, hubieron de volarlo.

Los pájaros de San José

17 oct

Me gustan los títulos retóricos, no puedo evitarlo. Para quien no lo haya adivinado esto va de pájaros carpinteros. En España viven siete especies, en la Comunidad de Madrid cinco y en Madrid capital dos: el pico picapinos (Dendrocopos major) y el pito real (Picus viridis), que están muy presentes en nuestro barrio. Esporádicamente pueden verse otras especies, pero es raro.

Empezamos por el último. El pito real es un pájaro del tamaño de una corneja, verde -de ahí su nombre científico- con  llamativo capirote rojo y bigotera del miso color en los machos y negra en las hembras. Es, con diferencia, el carpintero más fácil de ver por su carácter confiado y su costumbre de descender al suelo en busca de hormigas, su alimento favorito. Se le puede ver en casi todos los parques de Madrid. La Bombilla y el Parque del Oeste cuentan con una nutrida población de esta especie.  Sin ir más lejos, sobre el césped detrás del Fernández Moratín se ve con frecuencia, saltando con las patitas juntas y su gran pico buscando comida.

Pito real macho en el Parque de la Bombilla

Al final del verano también pueden verse juveniles de esta especie, acompañados por adultos, a la vera del río. Es el carpintero más adaptado a sotos fluviales, huertos y parques, en los que encuentra árboles de madera blanda en los que hacer su nido, y comida.

Pito real sobre acacia junto al Moratín

Pito real sobre acacia junto al Moratín

Pasemos ahora a la otra especie del barrio, el pico picapinos. Es de tamaño algo  menor que el pito real. Su dorso es negro, con dos bandas blancas a ambos lados, y pintas también blancas. El vientre, la garganta y lados de la cara son blancos. Finalmente, el vientre es rojo o rosáceo y la nuca es roja en los machos y blanca en las hembras.

Sus costumbres también difieren algo del pito real. Así, siempre se le ve sobre troncos o ramas, no en el suelo. Habita bosques de todo tipo y en la Comunidad de Madrid ocupa desde los pinares de la sierra a las choperas junto a los ríos del sur. En nuestro barrio, dónde es más escaso que el pito real, es más fácil verlo en la Casa de Campo que en otros parques. Los grandes pinos alrededor del depósito de agua, al norte de la carretera del Garabitas, son un buen sitio para observarlo.

Aunque tampoco hace falta ir hasta allí. Junto al río, en el cruce de Ribera del Manzanares con Santa Comba, en un “viejo” chopo, hay un nido de Pico Picapinos, el de la foto, tomada el pasado mes de junio. Está en la entrada a su nido, tapado por las hojas.

Pico picapinos junto a su nido en la Ribera del Manzanares

Pico picapinos junto a su nido en la Ribera del Manzanares

 Unas semanas más tarde este individuo, o su hembra, montaba un escándalo para atraer la atención de un gato que estaba al otro lado de la calle. Se puso en un árbol cerca del gato, en una rama baja, y “gritó” a la par que se alejaba de árbol en árbol, cada vez más lejos de su nido. Cuando consideró que el gato estaba lo suficientemente lejos de sus hijos, se marchó. Esta maniobra para distraer a los depredadores es común en muchas especies de aves.

Y hasta aquí el post de los pájaros carpinteros del barrio. Personalmente, la capacidad de estas aves para horadar los troncos y hacer su casa dentro sigue fascinándome como cuando era niño.